La Realidad NO Existe… y de cómo esto afecta a la Transformación Digital

realidadYa los antiguos filósofos ponían en duda la existencia de la realidad y la supeditaban a la percepción subjetiva que los individuos hacían de la misma. Es famosa en el budismo zen la cuestión de si un árbol que cae en un bosque sin nadie cerca para oírlo, realmente hace algún sonido.

La conclusión a la que llegan muchos filósofos es que la realidad objetiva no existe, que cada individuo la percibe de manera diferente en base a los filtros que aplique a la información que le llega de su entorno. De manera general podemos hablar de tres filtros que modelan nuestra forma de percibir el entorno:

  • Filtros neurológicos, como nuestra capacidad para ver u oir únicamente en unos rangos determinados de longitud de onda, y no percibir señales fuera de los mismos. Por ejemplo, un perro es capaz de escuchar ciertos sonidos en la franja de ultrasonidos que los humanos no podemos. Esta es una limitación fisiológica que se transmite vía genética a través de las generaciones.
  • Filtros sociales, aprendidos y/o heredados en función del entorno socio-lingüístico donde hayamos nacido y crecido. Así pues, al igual que los esquimales tendrán una mayor percepción de tonos de blanco (y por lo tanto de nombrarlos), o los habitantes del desierto lo tendrán para los tonos ocre de la arena, dependiendo de la comunidad socio-lingüística en cuestión, los individuos compartirán una visión diferente del mundo desde todos los ámbitos, y una respuesta diferente ante los mismos estímulos.
  • Filtros individuales, creados a partir de nuestra propia experiencia. Por ejemplo, si de pequeños no nos elegían en el patio del colegio para jugar al fútbol, nuestra percepción puede ser que no somos valorados por los demás. O si cuando salíamos a la pizarra se convertía en una humillación, podremos desarrollar una fobia extrema a hablar en público. Estas experiencias individuales van conformando nuestros valores, nuestras creencias, nuestras fobias, nuestras filias, y por lo tanto, nuestra forma de percibir el mundo en base a los estímulos que recibimos.

La conclusión filosófica de que la realidad no existe sino que depende de la percepción que de ella tenga el individuo toma consistencia con los puntos anteriores. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la transformación digital? En realidad es la clave, puesto que el actor principal de toda transformación es el individuo, y el proceso al que se va a someter es el de cambio –o transformación– de su realidad. Por ello, será primordial que seamos capaces de comprender el modelo de realidad de los actores involucrados en la transformación para así poderlo remodelar hacia lo que deseamos conseguir.

El éxito o fracaso de la transformación digital radicará en comprender que no consiste en forzar la imposición de una nueva realidad, sino en la comprensión de la realidad actual de los involucrados y su transformación hacia una nueva realidad donde lo digital es parte esencial.

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